El Templo de Córdoba

El Templo de Córdoba

En las primeras épocas de la Iglesia en Argentina la idea de tener un templo no estaba en la mente de la gran mayoría de los miembros.  Los templos eran lejanos e inalcanzables. Sin ambargo, estaban en la mente de varios de los lìderes. En 1961 fue llamado como Director de las siete misiones de Sudamérica Elder A. Theodore Tuttle del Consejo de los Setenta. Elder Tuttle con  su familia se estableció en Montevideo y desde allí condujo con inspiración la obra trabajando con los siete presidentes de misión de ese entonces. Entre ellos estaba el Presiente Ronald Stone de la Misión Argentina Norte con sede en la ciudad de Córdoba desde 1962. Existe bastante evidencia escrita que Elder Tuttle tenía claro en sus pensamientos que dabia preparar todo para que se estableciera un templo en Sudamèrica.  Se trataba de un plan a largo plazo.

En 1960  Elder Ezra Taft Benson del Quórum de los Doce Apóstoles visitó varios países de Sudamerica y en un discurso dijo lo siguiente:  “Estoy seguro, mis hermanos y hermanas, que llegará el día en que habrá estacas de Sión en la América Latina, y cuando tendremos templos en esta hermosa tierra, pues al fin y al cabo es parte de la tierra de Sión. El Profeta José Smith expresó con bastante claridad que Norte y Sudamérica son la tierra de Sión, y estoy seguro que es la voluntad de nuestro Padre Celestial que tengáis las bendiciones consiguientes del Evangelio, incluso las ricas bendiciones que vienen por medio de los templos de Dios'. *

La Iglesia se estableció en Argentina en 1925 y los misioneros llegaron a la Provincia de Córdoba bajo la dirección del Presidente W. Ernest Young al comienzo de la década del 40. El camino a tener un templo fue muy largo y lento, primeramente se formaron las estacas a fines de los sesenta y se desarrolló una fuerza de liderazgo. 

Los antiguos miembros afirman que despertaron a la importancia de la obra del Templo con el advenimiento del Templo de San Pablo, Brasil en el año 1978.  Fue allì, en ese templo que la gran mayoría de los miembros de Sudamérica recibieron las santas ordenanzas y se sellaron como familias eternas. Este era llamado el Templo de Sudamérica.  Muchos recuerdan los largos y sacrificados viajes por tierra hasta San Pablo. Las familias vendieron  cosas preciadas para poder viajar, fueron austeros en comidas y gastos, ahorraron durante años. Hicieron todo lo que fuera necesario para poder viajar con sus hijos pequeños y entrar a la Casa del Señor por primera vez.

El plan del Señor es bendecir a todos sus hijos fieles con la plenitud del evangelio que incluye la obra del Templo. Es un plan completo y divino, de vez en cuando vemos porciones de ese plan, vemos reflejos y percibimos partes mediante la palabra de los Profetas que nos guían a esas metas. En 1963 el Presidente Hugh B. Brown de la Primera Presidencia visitó la Argentina y llegó a Córdoba para dedicar la capilla de Villa Belgrano. Allí pronunció estas palabras: “… te pedimos  que cuando llegue el tiempo, un templo pueda ser edificado en esta tierra donde las personas puedan realizar su obra en el templo y puedan ser sellados por toda la eternidad. Pero, a pesar de que ese tiempo llegue en un futuro muy distante, rogamos que puedan permanecer verídicos y fieles a Ti, sabiendo de Tu misericordia y justicia, recordando que todos quienes guarden los mandamientos recibirán Tus bendiciones”. La inspiración y las profecías llegaron como guías a una meta y los miembros pioneros, los presidentes de misión y estaca, hermanos y hermanas y miles de misioneros escribieron la historia con sus obras y el Señor cumplió Su promesa de bendecir a los pueblos del norte argentino y la cordillera con un Templo.

(*) Elder Ezra Taft Benson, revista Liahona,  febrero de 1961, página 41.