El sábado 8 de marzo de 2014 falleció a los 95 años el Hno. Raúl Guarteche, un gran legado de “Fe, esperanza y servicio”, tal cual lo mencionó uno de sus hijos en el funeral. Pertenecía al barrio Centro de la estaca Durazno, Uruguay.
Junto con su esposa, María Irene Terrín Ramos de Guarteche, fallecida el 27 de julio de 2013, tuvieron 9 hijos y a la fecha 31 nietos y 22 bisnietos. Se sellaron en el templo de San Pablo Brasil, en febrero de 1981.
El primer contacto con el Evangelio lo tuvieron en el año 1965, y en ese año se bautizaron la Hna. Guarteche y sus hijos. El Hno. Guarteche tomó la firme determinación de hacerlo en la primavera de 1968 y ese fue el comienzo de una serie de experiencias significativas que lo formarían como padre, esposo y líder en la Iglesia.
Fue ordenado sumo sacerdote y patriarca el 25 de enero de 1980 por el Elder Bruce R. McConkie, cuando se organizó la Estaca Durazno, y recibió sus investiduras en el Templo de Salt Lake el 4 de abril del mismo año, en ocasión de un viaje de capacitación a Salt Lake City, lo que le permitió asistir también a la Conferencia General de la Iglesia Nº 150.
Además de su sellamiento, una de las experiencias más significativas fue la de servir como misioneros en el Templo de Buenos Aires, desde el 3 de mayo de 1988 hasta el 29 de junio de 1989.
Al regresar de su misión en el Templo, fue llamado obispo del Barrio Centro, barrio en el que residió junto con su esposa, hasta el momento de su fallecimiento.
Luego de su relevo como Obispo, nuevamente sirvió como Patriarca hasta que, por razones propias de la edad, dejó de estar en funciones.
Tanto él como su esposa asistieron fielmente a todas y cada una de las reuniones de la Iglesia, hasta que por razones físicas les fue imposible asistir. Su ejemplo y su testimonio marcó profundamente a sus hijos, nietos y bisnietos. Uno de sus nietos está actualmente sirviendo como consejero en la presidencia del Templo de Montevideo, un nieto lo hace como presidente de estaca y una nieta se encuentra cumpliendo una misión de tiempo completo en una misión de Brasil.
Uno de sus dichos “Sigan adelante y aunque no entiendan nada, sean obedientes”, al igual que su escritura favorita D. y C. 82: 10: “Yo el Señor estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; más cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis”, reflejan claramente su manera de sentir y pensar; su ejemplo nos motiva a alcanzar el mayor nivel de excelencia.