Rasem, misionero antes que el deporte

Rasem, misionero antes que el deporte

Hay sensaciones que pesan mucho en la balanza de emociones de la vida. Entre éstas, las que se refieren al deporte se encuentran entre las más fuertes, y las que depara el fútbol no tienen igual para quienes se dedican a esta disciplina. 

En medio de este contexto de emociones y sentimientos, cuán potente fue la determinación de la joven promesa futbolística, Rasem Maluff Samaniego, que con apenas 17 años era la promesa del fútbol paraguayo en el Club Libertad.  Y sin embargo, todo ello fue dejado de lado cuando a los 19 años, comunicó su intensión de alejarse del fútbol para servir en una Misión de tiempo completo.

Su padre, el mayor propulsor del sueño, así como sus técnicos y dirigentes deportivos, presagiaban el prematuro final de un sueño; “dos años en el fútbol son una eternidad”, “dos años sin jugar ni entrenar  son el pasaje al olvido deportivo”, auguraban al tiempo que lamentaban tanto esfuerzo y dedicación desperdiciados. 

Pero, la decisión de Rasem se mantuvo inalterable así como su confianza en el Padre Celestial. El Élder Maluff sirvió honorablemente al Señor en la Misión Uruguay Montevideo por dos años (2011-2013), pues se había propuesto dar lo mejor de sí, haciendo de la predicación del Evangelio el centro de su vida. 

Contra todos los pronósticos iniciales, dos meses después de su regreso misional y un día antes del cierre del libro de pases, firmó un contrato profesional con su actual club, Sol de América. El retorno no fue fácil, recobrar su mejor forma física y futbolística requirió todo su esfuerzo, su confianza y su fe en Dios y en sí mismo. Tuvo que reponerse al desaliento de  inoportunas lesiones que dilataron su puesta a punto y las oportunidades de hacerse un lugar en el equipo.

Pero con su fe intacta puesta en el Señor, siguió trabajando duro hasta que al final, su disciplina, su esfuerzo y sus grandes condiciones le brindaron una oportunidad. 

Así llegaron los partidos decisivos en los que el equipo de Rasem  llegó a la final del torneo y se consagró Campeón del Torneo Reserva del Fútbol Paraguayo, apenas a 6 meses y 10 días del retorno de su Misión. 

Una vez más se cumple la promesa de las Escrituras “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33), pues llegaron las bendiciones del Señor para quien, humildemente antepuso su deber como misionero a su pasión futbolera. 

Esta historia está apenas en sus inicios, solo se ha escrito el prólogo de la misma, aun así, sirve de clara enseñanza que la sabiduría del Señor, va más allá de nuestro entendimiento y que la fe, unida a la voluntad, el deseo de superación  y la disciplina, son las llaves que abren las puertas del éxito verdadero e imperecedero, basados en el evangelio del Señor.

Fuente:

Material proporcionado por

Myriam Maluff, Estaca Asunción Paraguay

Margarita Riveros - Noticias locales Paraguay