El pasado 12 de abril la ciudad Valparaíso, V Región Chile, sufrió un voraz incendio que afectó 9 cerros, destruyendo todo lo que encontró a su paso. Casi la totalidad de las familias ubicadas en las zonas más altas y cercanas a las quebradas lo perdieron todo.
Al día siguiente, el domingo 13, las ayudas comenzaron a verse manifestada por muchas personas quienes ante tal desastre acudieron al socorro de los habitantes del lugar; las autoridades de gobierno actuaron de forma efectiva para organizar los albergues y centros de atención médica preventiva, además de otras ayudas momentáneas.
La Iglesia actuó rápidamente para ofrecer socorro a todos los miembros de los sectores afectados. Lamentablemente cerca de 30 familias se encuentran damnificadas, y están siendo cubiertas sus necesidades inmediatas actualmente. El presidente de la estaca Chile Valparaíso ha estado muy pendiente de estas familias junto con los líderes correspondientes.
Al pasar los días, el programa Manos que Ayudan junto con la labor de servicio de hermanos de la región, como también de otros lugares de Chile, comenzaron a organizar la ayuda que llegaba y también a colaborar con la ayuda de retiro de escombros.
El día 26 de abril fue de gran movimiento en retiro de escombros y labores de reconstrucción en los cerros. El Diario El Mercurio de Valparaíso mencionó al respecto: “Un total de 800 voluntarios pertenecientes a las iglesias Mormonas (550) y Evangélicas (250), llegaron ayer hasta Valparaíso para trabajar en la construcción de viviendas de los cerros afectados por el incendio. Se trata de un trabajo mancomunado y coordinado entre la Municipalidad de Valparaíso y ambas entidades religiosas, que además del levantamiento de casas, contempló labores de retiro de escombros y de clasificación en centros de acopio, para lo cual contaron con los implementos necesarios”.
La hermana Fernanda Arroyo, de la V región, comentó además que ella fue la única mujer en el primer grupo que ese día subió a los cerros a trabajar en las labores de reconstrucción. Comenta que lo más complicado era intentar edificar las casas de emergencia en los terrenos del cerro, ya que estaban muy maltratados y hay muchos sectores de derrumbe, lo cual tornaba un tanto peligrosa la labor, pero aún así, a pesar de las dificultades, pudieron ayudar y avanzar en la construcción de varias casas de emergencia.
También agregó: “Para lograr llevar los materiales desde los camiones hasta el lugar de construcción teníamos que recorrer escaleras muy largas y pronunciadas, a veces bajar hasta 5 pisos para llegar a los lugares, ya que los camiones no podían acercarse más”.
En los próximos días se planean mas grupos de ayuda para reconstrucción, irán algunas estacas de Santiago, como también hermanos de la V Región de Valparaíso. Mientras que algunas hermanas de la Sociedad de Socorro se organizan para brindar ayuda con frazadas realizadas con sus propias manos.